Hay momentos en la vida donde todo parece desmoronarse y es entonces cuando te entran unas tremendas ganas de llorar. Porque todo lo que tú crees que estás haciendo bien, resulta que no está, para los demás, tan bien como tú creías. Tu entrega, tu ilusión, tu entusiasmo no son válidos, no sirven como pensabas.
Como persona, te sientes minusvalorada, triste y cansada al pensar que todo lo que haces, tu esfuerzo, al final no vale tanto la pena y la verdad es que esto no le hace a nadie sentirse bien, sino todo lo contrario.
Es necesario recapacitar
La vida, a veces, se sirve de estos momentos para que recapacitemos y nos demos cuenta de que lo que hagamos con ilusión y cariño por alguien, al fin y al cabo, parece que no es para tanto.
No se trata de buscar el agradecimiento y el reconocimiento, porque, generalmente, las personas que lo hacen, no lo buscan. Lo que realmente quieren es sentirse útiles, que se acepte de buen grado su participación, simplemente.
Por tanto, no necesitan las “gracias” a todas horas, ni mucho menos. Solo necesitan estar ahí, ayudar en lo que puedan, sentirse vivas.
Es necesario retrotraerse
Por tanto, muchas veces es preciso retrotraernos, debemos volver a nuestra esencia, a nuestro yo, dejar de volcarse tanto en los demás, para encontrarnos de nuevo a nosotros mismos, recuperarnos y poder volver a sentirnos fuertes para seguir adelante.
Aprendiendo que, a veces, la vida nos da algún toque para que replanteemos nuestro comportamiento, el cual no siempre resulta tan correcto ante los demás como nosotros creíamos. Hemos de aprender a ser más prudentes.
Cuando la vida nos golpea
Cuando la vida nos golpea, hemos de estar lo suficientemente fuertes para no debilitarnos y no caer en el desánimo y en la tristeza. Hemos de ser realistas. De vez en cuando, la vida nos va a sorprender con golpes y hay que estar preparados para que no nos hagan tanto daño.
La vida no es justa, nunca nadie dijo que fuera justa, por tanto, hay que aceptar que tropezaremos con situaciones que son injustas, pero que forman parte de la vida, y es importante aprender de ellas y positivizarlas para el futuro, por nuestro bien.
Como persona, te sientes minusvalorada, triste y cansada al pensar que todo lo que haces, tu esfuerzo, al final no vale tanto la pena y la verdad es que esto no le hace a nadie sentirse bien, sino todo lo contrario.
Es necesario recapacitar
La vida, a veces, se sirve de estos momentos para que recapacitemos y nos demos cuenta de que lo que hagamos con ilusión y cariño por alguien, al fin y al cabo, parece que no es para tanto.
No se trata de buscar el agradecimiento y el reconocimiento, porque, generalmente, las personas que lo hacen, no lo buscan. Lo que realmente quieren es sentirse útiles, que se acepte de buen grado su participación, simplemente.
Por tanto, no necesitan las “gracias” a todas horas, ni mucho menos. Solo necesitan estar ahí, ayudar en lo que puedan, sentirse vivas.
Es necesario retrotraerse
Por tanto, muchas veces es preciso retrotraernos, debemos volver a nuestra esencia, a nuestro yo, dejar de volcarse tanto en los demás, para encontrarnos de nuevo a nosotros mismos, recuperarnos y poder volver a sentirnos fuertes para seguir adelante.
Aprendiendo que, a veces, la vida nos da algún toque para que replanteemos nuestro comportamiento, el cual no siempre resulta tan correcto ante los demás como nosotros creíamos. Hemos de aprender a ser más prudentes.
Cuando la vida nos golpea
Cuando la vida nos golpea, hemos de estar lo suficientemente fuertes para no debilitarnos y no caer en el desánimo y en la tristeza. Hemos de ser realistas. De vez en cuando, la vida nos va a sorprender con golpes y hay que estar preparados para que no nos hagan tanto daño.
La vida no es justa, nunca nadie dijo que fuera justa, por tanto, hay que aceptar que tropezaremos con situaciones que son injustas, pero que forman parte de la vida, y es importante aprender de ellas y positivizarlas para el futuro, por nuestro bien.